10 canciones que sus creadores odian pero son un éxito

Cuando eres músico y tu música te hace famoso tu vida cambia. El ciclo de vida de ahora en adelante será el siguiente: nacer, crecer, hacer la rola más ‘chingona’ del mundo, tocarla hasta que la odies y morirte detestandola aun más, mientras un millón de fans sigan cantandola, por la eternidad.

Estas son 10 canciones que sus creadores odian pero son un éxito y que hoy todos ellos odian tocar en vivo, y si bien desean jamás en la vida haberlas escrito, se soban el dolor que les causan con gruesos fajos de billetes.

Lorde – Royals

Para Lorde, el “roll-on” que la lanzó a la fama y la llevó a ganar el Grammy como la mejor artista nueva, suena igual de feo que un ringtone polifónico de  tu Nokia: “Escucho a la gente haciendo covers de la canción o poniéndola en todas partes y me doy cuenta de que suena horrible ¡Ninguna de las melodías son buenas; es un desastre pero por alguna razón, en el contexto y la forma en que la lancé, funcionó”, dijo en una entrevista.

Sinead O´Connor – Nothing Compares 2 U

A pesar de que a muchos nos encanta cortarnos las venas con galletas de animalitos escuchando esta canción, Sinead O’Connor parece estar tan harta de que se la pidan, que en marzo de este año anunció que ya no iba a cantarla una vez  más, porque no se siente identificada con la letra

Radiohead – Creep

Al guitarrista de esta banda, Johnny Greeenwood, no le prendió la idea de hacer esta canción y en las grabaciones intentó sabotearla dándole muy duro a la guitarra. El resultado fue la primera canción de Radiohead en entrar al Top 40 de Estados Unidos. El vocalista Thom Yorke terminó odiándola y sacándola para siempre de su repertorio para tocar en vivo.

Pero como vivimos en México y todo nos llega tarde, alguna vez la tocaron  en nuestro país después de años de no hacerlo.

Madonna  – Like a Virgin

La última vez que Madonna incluyó Like a Virgin en su setlist de gira mundial, fue en 2006, cuando emprendió lo que para muchos fue su última gran gira: Confessions on a Dancefloor Tour. Después de ello, en 2008, la reina del pop dijo en una entrevista de radio: “no estoy segura de que pueda cantar ‘Holyday’ o ‘Like a Virgin’ otra vez, simplemente no puedo, a menos que alguien me pague como 30 millones o algo así”. Esto sí es saber vender tu trabajo.

Led Zeppelin – Stairway to Heaven

Esta rola, la consentida de todo guitarrista amateur del mundo, tenía muy harto a Robert Plant en 1988, 17 años después de que la escribiera. “Rompería en cólera si tuviera que cantarla en cada show” dijo en una entrevista para Los Angeles Times.

Oasis – Wonderwall

“No soporto esa **** canción, cada vez que tengo que cantarla quiero vomitar”, dijo Liam Gallagher sobre esa canción que todos nos encargamos de chotear terriblemente en los

noventa.

Lady Gaga – Telephone

En 2011 Gaga dijo a Time Out Londres: “Odio ‘Telephone’, ¿es terrible decirlo? Es la canción que más me cuesta trabajo escuchar; ni siquiera puedo ver el video, lo odio un montón. Beyoncé y yo somos buenas juntas pero hay muchas ideas en el video que me hubiera gustado editar por mí misma”.

The Beatles – When I´m Sixty-Four

Esta una de las canciones escritas por Paul McCartney que John Lennon odió con todo ser. Se refería a ella como “música para abuelitas” y pues básicamente tenía razón.

Queen – Don´t Stop Me Now

Sin duda es uno de los himnos que nos regaló Freddie Mercury, sin embargo, a Brian May, el guitarrista de Queen, no le acabó de convencer porque creía que de alguna manera enaltecía el hedonista y peligroso estilo de vida de Mercury.

Beastie Boys – Fight For Your Right To Party

Sin duda esta es una de las canciones ícono de esta agrupación noventera del rap, sin embargo, ellos mismos la calificaron como “una porquería” en el booklet de una recopilación de éxitos que lanzaron bajo el título de The Sounds of Silence. A pesar de que siempre se tomó como un estandarte para los gañanes del mundo entero (hoolligans, anarcos y demás) ellos aseguran que dicha interpretación es un malentendido y que en realidad es una parodia de su propio comportamiento.