131122-anders-breivik_ihx5y9
Esta película revive una matanza histórica en Noruega
Casi siete años después de los hechos, «U-22 julio», presentada este lunes en la Berlinale, revive la matanza d’Utøya, perpetrada por el neo-nazi Breivik, en un filme que reconstruye en tiempo real la negra jornada del lado de las jóvenes víctimas noruegas.
Muy esperada, la película, que compite por el Oso de Oro, fue exhibida algunos días después de una de las peores matanzas de la historia moderna estadounidense, con saldo de 17 personas muertas en un liceo de Florida.
Consciente de que reabre las heridas en su país, el director Erik Poppe se justificó ante la prensa. «Si se espera a que no duela, será ya muy tarde. Es duro, pero esto participa en el trabajo de curación», dijo.
22 de julio de 2011: disfrazado de policía, el extremista de derecha Anders Behring Breivik persigue durante más de una hora a los participantes en un encuentro de la Juventud laborista y mata a 69 participantes, en su mayoría adolescentes.
Breivik nunca expresó remordimiento y justificó sus crímenes, los más graves en la historia después de la posguerra en Noruega, porque sus víctimas abogaban por el multiculturalismo.
Para Poppe, ex fotógrafo de guerra, la idea de la película surgió pues «el recuerdo de lo que pasó en esa isla disminuía», oculto por las múltiples provocaciones de Breivik y el debate sobre un sitio en memoria de las víctimas.
El noruego descartó rápidamente la idea de hacer un documental. «Con una ficción, se llega tal vez a contar algo más cercano a la realidad» que focalizándose en testimonios.
Consultando con los sobrevivientes y los allegados de las víctimas, empezó a realizar la película «totalmente del lado de los jóvenes», con largas tomas, una de las cuales de 72 minutos. O sea el tiempo exacto que duró la matanza en la pequeña isla, en el noroeste de Oslo. Un elemento que convenció a la actriz Andrea Berntzen, de 19 años, a aceptar el proyecto.
Durante hora y media, la película sigue al personaje que ella interpreta, Kaja, joven muy responsable que protege a su hermana más díscola, Emilie, a quien buscará desde que escucha los primeros disparos.
De la matanza la película no muestra casi nada, salvo jóvenes heridos y agónicos. Del asesino, sólo se ve la silueta.
La película fue filmada en una isla cercana a Utøya, pero no allí, con actores en su mayoría aficionados.