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10 libros que se hicieron película y no debieron hacerlo
El cine no siempre ha tenido buena suerte con la adaptación de los libros al cine, y esto se debe a que cada cabeza es un mundo y realmente no todos tenemos las mismas ideas de lo que hace o no a una película una obra de arte.
Pero más allá de todo esto hay obras que por su deficiencia creativa no deberían llegar a la pantalla, aunque por otra parte existen algunas que por su estatus como grandes trabajos, no deberían verse perturbada por el riesgo que conlleva la misión de contar una historia en una forma diferente.
Es importante resaltar que –aunque existan adaptaciones geniales a la pantalla grande– el problema principal es que en estas produccioneses que no consideran todas las partes que componen a una novela. Al crear historias sin estructura, se pierde el interés en una historia.
Las siguientes adaptaciones nunca debieron suceder por distintos factores. Existen fallas de producción, mala dirección, pésimas actuaciones pero lo que resalta es su incapacidad de sintetizar excelentes historias en una obra breve audiovisual.
«El Perfume» – Patrick Süskind
La representativa historia de belleza en la vida de Jean-Baptiste Grenouille llegó en una cinta dirigida por Tom Tykwer en 2006 y recibió buenas reseñas por su producción visual, pero fue destrozada por la presentación del protagonista. Mientras en el libro es un hombre feo, descrito incluso como desagradable, Ben Whishaw –quien lo interpreta en la cinta– es un joven atractivo y aunque aparezca sucio, no evoca el espíritu de la creación original. La historia no fluye y se convierte en un problema para aquellos que no tengan relación con la novela, por lo que fracasa como obra independiente.
«The Perks of Being A Wallflower» – Stephen Chbosky
«The Perks of Being a Wallflower» dirigida por Stephen Chbosky, el mismo escritor de la novela original, es un buen trabajo cinematográfico pues logra reducir partes interesantes del trabajo literario y causa las mismas emociones que esperaba explorar el escritor. Es conveniente que él mismo haya creado la adaptación, pero aún así, se queda muy corta a comparación a la creación original y desdibuja un sentimiento de época que inunda sus líneas.
«On The Road» – Jack Kerouac
Distintos directores buscaron dirigir una adaptación de «On The Road» desde que fue publicada, pero todos fracasaron hasta Walter Salles, quien demostró por qué jamás teníamos que ver una adaptación de la representativa obra de Kerouac. Protagonizada por Sam Riley y Kristen Stewart, es un trabajo superficial, absurdo y aunque quiere causar una sensación de libertad, revela la decadencia que Kerouac sólo buscaba imprimir en los últimos capítulos. No crea una relación con la audiencia y es un recordatorio de que la novela debería quedarse sin más variaciones.
«La guía del viajero intergaláctico» – Douglas Adams
La clásica serie de libros de ciencia ficción primero se transformó a una serie de T.V. y después un videojuego, pero no fue sino hasta 2005 que Garth Jennings se encargó de hacer su mejor esfuerzo para llevar las aventuras cómicas y experimentales a la pantalla grande. El resultado es mediocre y aunque tiene algunos momentos emocionantes, depende mucho de la tradición de viajes estelares en «Star Wars» y fracasa en su intento de emancipación y darle más espacio a los diálogos originales de Douglas Adams. La película ha quedado en el olvido, pero afortunadamente el legado de las historias queda intacto.
«Howl» – Allen Ginsberg
«Howl» de Rob Epstein es una doble adaptación. En primer lugar presenta la historia detrás de la publicación del libro con James Franco e intercala entre escenas el texto original de Ginsberg acompañado de una animación que –aunque hace referencia a la locura del jazz y beat– no parece atractiva y no le hace honor al trabajo original, además de que no encaja con el resto de la cinta. El esfuerzo es suficiente y sirve como una lección sobre historia del beat, pero adaptar un poema al cine, pocas veces resulta en una buena idea.
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«Guerra Mundial Z» – Max Brooks
A 7 años de su publicación, la novela de Max Brooks fue adaptada por Marc Forster en la cinta de acción protagonizada por Brad Pitt y presenta tensión constante en una historia de zombies. Mantiene un espíritu activo e innovador, ya que no se mantiene en la tradición de las películas de muertos vivientes y encuentra una salida interesante gracias a la historia de Brooks, pero no logra crear un verdadero impacto como la novela. Después de unas cuantas escenas la película se convierte en una maraña compleja que busca sintetizar el trabajo original pero lo complica y no logra el efecto de relación que mantiene el escritor hasta las últimas líneas de su novela.
«El amor en los tiempos del cólera» – Gabriel García Márquez
Aunque el mismo Garcia Márquez dijo «Bravo» después de una proyección personal antes de su estreno, la película dirigida por –el prácticamente desconocido– Mike Newell fue recibida como el resto de las adaptaciones de obras por el escritor colombianO: con reseñas que señalaron la baja calidad del trabajo, las actuaciones exageradas y la horrible pretensión de reducir una enorme obra literaria a una simple cinta de apenas 2 horas y 19 minutos. No sólo fracasa en presentar las múltiples capas entre la relación de Florentino y Fermina, sino que incluso implementó una canción de Shakira en su soundtrack. Definitivamente las obras de Márquez no deben convertirse en trabajos audiovisuales.
«El Hombre Invisible» – H.G. Wells
«Hollow Man» del año 2000 está basada en la fantástica historia de H.G. Wells sobre un científico que accidentalmente se hace invisible. La cinta fue protagonizada por Kevin Bacon y recibió malas críticas por alejarse del trabajo del autor y adherirse a la tradición «aburrida» de las películas de terror. Las actuaciones fueron señaladas como pésimas y algunos críticos indicaron que adaptar el trabajo de Wells significaría tratar con existencialismo y con abuso de poder a un nivel más personal con complejo de Dios y fue bastante claro que esa cinta de Paul Verhoeven, quién también admitió que su creación era mala, jamás debió haber existido.
«Alicia en el País de las Maravillas» – Lewis Carroll
La primera adaptación que hizo Disney de esta obra fue un excelente trabajo de diseño y de animación. Su fidelidad a la obra le permitió desprenderse de la tradición establecida e innovó en distintos aspectos. Más de 40 años después Tim Burton creó su propia versión y destruyó la original sin piedad. Aunque algunas partes de la producción son llamativas y evocan el sentido psicodélico que se le ha aportado al clásico, incorpora un motivo en la historia que es completamente ajeno a las ideas de Carroll y creando un filme tradicional de acción y pelea entre el «bien» y el «mal».
«El Gran Gatsby» – F. Scott Fitzgerald
Baz Luhrmann había creado dos maravillas con «Romeo + Juliet», excelente adaptación de la obra de Shakespeare, y «Moulin Rouge», pero desde que tomó el control de «El Gran Gatsby» el mundo miraba escéptico de que lograra trasladar a la pantalla grande una de las novelas más reconocidas de la historia de Estados Unidos. Como era de esperarse, fracasó. No es una terrible película y aunque muestra la locura de los años veinte, se enfoca demasiado en la relación de los personajes y no retrata la decadencia de la época y cómo Gatsby representaba un ideal que, de un momento a otro, reveló su falsedad.
«La Guerra de los Mundos» – H.G. Wells
Otra excelente obra de H.G. Wells que se vio completamente afectada por su adaptación cinematográfica. La cinta protagonizada por Tom Cruise elimina en todo momento la narrativa de Wells y construye la historia de un hombre y su familia durante el ataque extraterrestre. Este mediocre trabajo no se compara a lo que hizo Orson Welles cuando adaptó el trabajo a una radionovela, que incluso causó pánico en algunas localidades. Las críticas negativasnos hicieron pensar en que estas obras deberían ser responsabilidad de la imaginación individual de las personas y evitar ser adaptadas a un medio audiovisual.
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Es claro que si la narrativa de una novela es diferente a como debe ser tratada en una cinta, el director o escritor tiene el compromiso de hacer que funcione, de lo contrario, los resultados pueden ser la receta perfecta para un fracaso.