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Las expectativas
Creo firmemente que las expectativas son el peor enemigo de cualquier persona.
Toda la vida esperamos acciones de todos y esos pajaritos en el aire nos hacen más daño que cualquier cosa que pueda llegar a pasar 0 ¿no?
Con tus parejas buscas el príncipe azul o una princesa de cuento.
Y esperas firmemente a que sea como tú quieres que sea, no más no menos.
Que te marque cada hora, que te mande mensajes de buenos días y buenas noches, que esté en todos tus eventos, que te lleve mariachi, que pague todo siempre, que sea ultra considerado, que tome poco, pero que tenga pilas para bailar toda la noche y para colmo que dé buen sexo y por supuesto que sea un feminista pero caballero.
Los hombres buscan una princesa educada, sumisa, que esté a su lado, que sea inteligente pero no tanto, que le guste el futbol, que no te friegue cuando estés con tus amigos, que trabaje para que te ayude con los gastos y que le guste compartirlos.
Que sea una damita, que cocine, cuide a los niños, que no sea intensa y no esté loca y pa colmo que le guste mandarte nudes.
Si están leyendo eso, no se muerdan la lengua, seguramente es lo que idealizan en una relación, seamos sinceros hasta con nosotros mismos.
Estos juegos basados en la expectativa son de eterna flojera.
Esperamos que la gente haga pero nosotros no estamos dispuestos hacer.
El mejor ejemplo es si él no me llama, yo tampoco. ¡No inventen!, las relaciones se construyen de colaboración y amor, no de: tú primero y yo después.
Aplica para cualquier cuestión de vida.
Bien me lo decía mi maestro de inteligencia emocional: «las expectativas destruyen a la gente, es por eso que siempre pon en la mesa», lo que estás dispuesto a dar y lo que no y lo que quieres que se cambie y lo que el otro está dispuesto a modificar.
Sucede con el trabajo, las parejas y la vida.
Es fácil ser claro, consciente y responsable de lo que eres y estás dispuesto a dar y hacer.
¡Ten huevos!
Si haces esto desde el principio, te ahorrarás máximas decepciones y sabrás hacia dónde va el camino y también sabrás qué esperar de los demás.
Incluso nos ahorraríamos años de decepciones amorosas y trabajos fallidos.
Cuando estés con alguien haz un mapa mental de lo que te dije:
- ¿Qué esperas de mi?
- ¿Qué estoy dispuesto a dar?
- ¿Realmente puedo cumplir lo que me pides?
- ¿Dónde nos encontramos?
- Y así de fácil, el camino está abierto para llegar a lo que quieres.
Deja de esperar cosas, si las quieres pídelas, háblalas y tómalas.
La vida es para los valientes y recuerda que él que no espera no sufre desengaños.
Sé feliz y ve por ello.
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