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Adiós les dice La Neta Pechugona

Por: La Neta Pechugona

Adiós es una palabra que lamentablemente está en mi vocabulario. No es mi favorita pero es necesaria.

Es una palabra agridulce y a mí el agridulce me sabe mal, no me gusta. Para mí las cosas son o dulces o saladas.

Nunca he sido de cosas a medias ni tonos grises. Soy de todo o nada.



Por eso, la palabra adiós es un punto final entre una nueva partida y una despedida.

Es cambio y siempre es difícil.

 A veces lo dices tú, a veces te lo dicen a ti.

Al principio, esta palabra te rompe el corazón varías veces antes de que aprendas lo que realmente es.



Pero cuando pasa el tiempo, se vuelve un término que es sano… y que sana.

Cuando estamos jóvenes nos aferramos a lo que sentimos y a la seguridad del momento.

No queremos cambios porque esa adrenalina, que te hace vivir todo al límite, es única, y cuando pasa nos quedamos en el limbo.

Por mi parte lo describo como cuando tuve que decir adiós al deporte que más amaba en mi vida.

Adoraba ser porrista, pero mis rodillas, tras 8 años consecutivos de movimientos de alto impacto, me pidieron un ‘break’.

Mi cuerpo me lo dijo de varias maneras, pero nunca le hice caso. El sufrimiento lo compensaba con la emoción de un campeonato, el aire cuando volaba y el sabor de un triunfo.

Hasta que se acabó y no pude caminar una semana. Mis rodillas no daban más.

Así que cuando decidí que era tiempo de decir adiós, le puse un punto final a mi más grande pasión en la vida.

Fue muy doloroso, pero fue maduro, y por decir adiós a tiempo, me ahorré mucho sufrimiento físico en el futuro.

Cierre de aprendizaje

Otro ejemplo fue cuando finalmente dije el definitivo adiós a mi exnovio de ocho años.

Sin duda ha sido el más difícil, pero también el más reparador, porque me costó mucho tiempo poder decirlo definitivamente.

Digamos que ese adiós partió a la Fabiola del pasado con la del presente.

Fue un cierre de aprendizaje, amor propio y mucha autoestima y ese proceso creo a #lanetapechugona.

Tú tienes el poder de decidir qué tipo de adiós será en tu vida: el que hace ver hacia enfrente o el que te causa incertidumbre.

Es por eso que la despedida que haré a continuación es a manera de revolución, para ser un torbellino que avienta su energía hacia adelante para crear cosas maravillosas.

La Neta Pechugona es y ha sido el proyecto más personal que he hecho en mi vida.

Para mí, abrir mi corazón cada lunes ha sido una experiencia increíble en la que he sanado mi alma al decirle a alguien qué es lo que pienso y qué es lo que soy.

No me da miedo exigir lo que merezco

He dicho adiós a la bulimia, a mi poca aceptación. Recuperé mi autoestima y la vestí bonito.

Porque me di cuenta que valgo y que ahora no me da miedo exigir lo que merezco.

¡Lo decreto! Y ahora te toca a ti.

Agradezco enormemente que Emma Sifuentes, editora en jefe de Coolture, se haya aventado a dejar escribir a esta loca y la guiara a descubrir su Ikigai.

También a Pao López, que tiene que escuchar mi voz en su cabeza cada que escribo algo.

Esta aventura cambia de lugar para hacerse más grande, para llegar a más gente, y el adiós nos hace empujarnos a ser mejores, a exigirnos a dar más.

Mientras muchos me dicen que haga videos, les digo que para mí escribir es un consuelo a mi alma vieja porque soy una romántica. Creo que «mi pluma y mi palabra» puede llegar a mucha gente.

Gracias a ustedes que me siguen y me comentan cada vez que sale una columna. Si hago esto es para ustedes.

No se les olvide que la vida es intentar todo aquello que amamos, de arrancarnos los miedos y hacerlos miel para que produzcan emociones.

No se despeguen, que esta Neta Pechugona apenas agarra vuelo.

Mientras yo pueda ser su voz, diré las cosas alto y fuerte.

Pa’ adelante caminante, sirena de fuego, mujer poderosa y guerrera.

Esto no es un adiós, es un hasta luego.

 

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