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¿Qué es ser guadalupano? 6 puntos para entender por qué se venera a la virgen de Guadalupe
«Ser guadalupano es algo esencial», reza la canción dedicada a la Virgen de Guadalupe, la «patrona de América». Y no está alejado de la realidad.
En diciembre, especialmente el día 12, las y los peregrinos viajan a la Ciudad de México para visitar la Basílica de Guadalupe, el templo dedicado a esta figura clave no solo en México, sino en Latinoamérica y Filipinas.
Pero, ¿por qué la virgen de Guadalupe tiene tantos seguidores y seguidoras, específicamente en el territorio mexicano? Te explicamos en 6 puntos.
1. El catolicismo en México
Los españoles y la religión católica llegaron a nuestro país en 1519, aunque tuvo mayor auge en La Conquista, es decir, 2 años después.
Para ellos, el politeísmo profesado en las distintas culturas prehispánicas no era válido. Impusieron el catolicismo y a Jesucristo como la «guía» de esta creencia. Imágenes de vírgenes y santos reemplazaron a Coyolxauhqui, Quetzalcóatl, Tláloc, entre otros.
«Los religiosos encargados de adoctrinar a los indígenas llegaron a lo que hoy es México justo tras la caída de la gran Tenochtitlán —en 1523 lo hicieron los franciscanos, en 1526 los dominicos y en 1533 los agustinos— ni que todos estos frailes eran funcionarios del rey, pagados por la corona y desembarcados en el Nuevo Mundo con una encomienda: convertir a los indígenas paganos en cristianos susceptibles de ser explotados», destaca Antonio Rubial, profesor de la UNAM, en el medio UNAM Global.
El poder de la iglesia católica en México fue tal que en 1858 estalló la Guerra de Reforma. El mandatario era Benito Juárez.
«La Guerra de Reforma iniciada por los conservadores fue financiada por la Iglesia, con el objetivo de perpetuar sus privilegios, sustrayéndose del control del poder civil. Por ello, en 1859 el presidente Juárez decidió promulgar en Veracruz las Leyes de Reforma, nacionalizando sus propiedades y despojando al clero de todas las atribuciones y facultades que debían ser desempeñadas por el Estado, privando con ello a los conservadores de los recursos económicos que sostenían a su Ejército», de acuerdo con el texto «Inicio de la Guerra de Reforma», del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.
No fue el único conflicto armado relacionado con la religión. Prueba de ello es la Guerra Cristera, que sucedió entre 1926 y 1929.
Pese a ello, la religión católica aún predomina en México, donde vivimos 126 millones 014,024 personas.
De acuerdo con el Censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hay 90 millones 224,559 personas que profesan esta fe, en la que la virgen de Guadalupe es relevante y asumirse como guadalupano aún más.
2. La aparición de la virgen de Guadalupe
Ante la evangelización en México, la aparición de la virgen de Guadalupe es una de las historias más importantes para el catolicismo y el inicio de identificarse como guadalupana o guadalupano.
De acuerdo con el sitio de la Basílica de Guadalupe, la «patrona de América» se le apareció a Juan Diego Cuauhtlatoatzin entre el 9 y 12 de diciembre de 1531 en el cerro del Tepeyac (ubicado en la alcaldía Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México).
El relato se documentó en el libro «Nican mopohua», escrito en náhuatl, donde se narra cómo fue el acercamiento de Juan Diego (quien siglos después fue canonizado) con la virgen de Guadalupe.
«Este libro se trata en realidad de la unión de dos escritos, a saber, el Nican Mopohua de Antonio Valeriano y el Nican Motecpana de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, enriquecido con leves adiciones personales de (Luis) Lasso de la Vega (capellán de la ermita de Guadalupe), y llevado a las prensas por Juan Ruyz, el hijo de Enrico Martínez, en la Ciudad de México, en 1649», de acuerdo con el sitio sobre este texto.
Durante siglos se ha estudiado la aparición de la virgen de Guadalupe y su posible sincretismo con deidades prehispánicas como Tonantzin (su nombre significa «nuestra madrecita venerada» en náhuatl. Su culto estaba en el cerro del Tepeyac) y Ixpuchtli o Ixpochtli («virgen o doncella»).
“Todos decían ‘vamos a la fiesta de Tonantzin’; y ahora que está ahí edificada la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, también la llaman Tonantzin. Y vienen ahora a visitar a esta Tonantzin de muy lejos, tan lejos como de antes, la cual devoción también es sospechosa, porque en todas partes hay muchas iglesias de Nuestra Señora, y no van a ellas, y vienen de lejanas tierras a esta Tonantzin como antiguamente», escribió fray Bernardino de Sahagún sobre el tema.
3. Acercamiento con las y los indígenas
Había pasado solo una década del arribo de los españoles a nuestro país y el proceso de evangelización continuaba en el territorio.
La aparición de la virgen de Guadalupe fue uno de los acercamientos más fuertes con las y los indígenas, quienes vieron cómo desaparecían sus deidades.
La prueba es el Códice Guadalupano, es decir, el ayate donde se manifestó y que podemos ver en el templo mariano en la alcaldía Gustavo A. Madero.
La virgen tiene la piel morena como la mayor parte de la población en esa época (y hasta la fecha). No se parece al resto de vírgenes que proliferaban en Europa.
Además, el estar embarazada la posicionó como la «madre» de las personas que profesan la religión católica.
4. La fe
Lo que es un hecho es que la virgen de Guadalupe comenzó a tener más y más fieles, quienes convirtieron el ser guadalupano en un aspecto vital.
La primera peregrinación realizada fue en la Ciudad de México durante el siglo XVI, expone México Desconocido.
La devoción a la virgen se ha mantenido con el paso del tiempo. Tan solo en 2020, el Gobierno capitalino estima que, anualmente, llega 20 millones de personas a ver a la «morenita del Tepeyac».
De estos, 9 millones arriban el 12 de diciembre al sitio religioso.
5. La «patrona de América»
La noticia de la aparición de la virgen de Guadalupe llegó rápidamente al Vaticano.
El primer papa en hablar sobre ella fue Urbano VIII, en 1644, quien estableció el 12 diciembre como la fecha para «festejar» a esta figura.
Más tarde, Benedicto XIV la designó como la «patrona de la Nueva España». En 1910, Pío X extendió su «reinado» a lo largo de América Latina.
Sin embargo, fue Juan Pablo II quien la llamó «patrona de América» y convirtió el 12 de diciembre en una festividad para las y los católicos del continente, de acuerdo con Desde la Fe.
Por otra parte, la veneración de la virgen de Guadalupe y el ser guadalupano en Filipinas se dio durante el intercambio comercial entre ambas naciones durante la Nueva España, donde el galeón de Manila (también conocido como Nao de China) fue se suma importancia.
Este navío salía del puerto de Acapulco esa nación.
Ahí «se forjó tanto la evangelización de Filipinas como intercambios vegetales, lingüísticos y culturales. Con ello, la empresa de (Cristobal) Colón también alcanzó su objetivo, la de generar un punto de conexión entre oriente y occidente», indica México Desconocido.
6. ¿Ser o no ser guadalupano?
Aunque la cantidad de personas que profesan la religión católica ha disminuido a lo largo del tiempo, el culto a la virgen de Guadalupe se mantiene; es posible que conozca a algún guadalupano o guadalupana.
Pero, ¿qué significa serlo? De acuerdo con el libro «Política en movimiento: Estado, ciudadanía, exilio y migración en América», de Cesáreo Amezcua, representa tener algo en común con el resto de las personas en el país.
“Ser guadalupano en México es ser igual a, compartir un rasgo común que pareciera ser compartido por todos, aunque sea solo el 12 de diciembre”, detalla.
Esta “unión” aumenta cuando las y los mexicanos migran a otros países, especialmente a Estados Unidos.
“Llevar la imagen de la virgen de Guadalupe en una manifestación no es para un estadounidense común, sino una señal entre mexicanos, ‘ánimo, paisano, estamos todos juntos en esto’. Emigrar es transformarse, llevar un tatuaje (…). Tal como (“la morenita del Tepeyac”) llegó en el momento justo, siguiendo la Conquista, para confortar a un pueblo lastimado y para bendecir la tierra mexicana con su presencia, se dice que ella a elegido a quien lo arriesgan todo por venir a esta nueva tierra para dispersarles su protección especial”, puntualiza.