Tienes para escoger pa todo el año. Foto: Pixabay
Rutas que los fanáticos de un buen vinito deben visitar en 2024
En un país famoso por su diversidad cultural y gastronómica, el vino mexicano emerge como un protagonista sorprendente, invitando tanto a aficionados como a curiosos a explorar sus rutas enoturísticas. Con el apoyo de Consejo Mexicano Vitivinícola y la Secretaría de Turismo, estas rutas ofrecen una ventana a la pasión y el esmero detrás de cada botella.
Desde el dinámico Valle de Guadalupe en Baja California, apodado la Toscana Mexicana, hasta la encantadora ruta de vinos y quesos de Querétaro, cada región promete una experiencia única. Aguascalientes, con su clima ideal, y Coahuila, donde los vinos se mezclan con la historia de los dinosaurios, son solo algunas de las paradas obligadas en este viaje sensorial. Pero hablemos de cada una para que sepas lo que te espera.
Aguascalientes: Un Destino Vinícola en Ascenso
Aguascalientes se distingue en el mapa vitivinícola de México por su clima privilegiado y su suelo fértil, ideales para la viticultura. Esta región, que ha alcanzado un notable segundo lugar en producción de vid a nivel nacional, invita a los entusiastas del vino a explorar sus 24 bodegas, viñedos y vinícolas a través de una ruta del vino disponible durante todo el año.
Baja California: La Toscana Mexicana
El Valle de Guadalupe en Baja California es el corazón de la producción vinícola mexicana, albergando más del 95% de los vinos de mesa del país. Con más de 65 vinícolas, esta región ofrece cuatro rutas enoturísticas distintas que combinan la belleza de los paisajes, la tradición vitivinícola y la innovación en la elaboración de vinos.
Coahuila: Entre Dinosaurios y Vinos
La Ruta de Vinos & Dinos de Coahuila ofrece una combinación única de catas de vino y exploración paleontológica. Rodeado de desiertos y montañas, este itinerario no solo destaca por sus vinos de calidad sino también por la oportunidad de visitar importantes yacimientos de dinosaurios.
Guanajuato: Territorio de Sabores Únicos
Guanajuato se revela como una joya emergente en el mundo del vino, ofreciendo una ruta que destaca la identidad y las peculiaridades de su territorio. Las degustaciones en sus vinícolas permiten descubrir los sabores únicos de los vinos guanajuatenses, mientras que la arquitectura y los viñedos envuelven a los visitantes en una atmósfera de encanto y tradición.
Hidalgo: Rutas Vinícolas con Encanto
El Valle del Mezquital en Hidalgo es el escenario de Viñedo El Refugio, donde se pueden explorar dos rutas enoturísticas: «Escapada al Camino Real entre Vino y Queso» y «Ruta Tolteca entre Vino y Queso». Estas rutas no solo ofrecen degustaciones de vinos y quesos sino también la oportunidad de admirar la artesanía local de vidrio soplado, enriqueciendo la visita con cultura y tradición.
Querétaro: Explosión de Sabores en el Bajío
A corta distancia de la Ciudad de México, Querétaro se erige como un destino enoturístico por excelencia. La Ruta del Queso y el Vino invita a los visitantes a sumergirse en una experiencia gastronómica que combina los mejores vinos de la región con la riqueza de sus queserías y pueblos mágicos aledaños, ofreciendo una experiencia sensorial completa y variada durante todo el año.
Jalisco: Más Allá del Tequila
Jalisco, tradicionalmente conocido por el tequila, ahora abre sus puertas al mundo del vino con sus rutas en Altos de Jalisco y Rivera Sur del Lago de Chapala. Estas rutas ofrecen una oportunidad de descubrir paisajes impresionantes y sabores innovadores, marcando el auge vinícola de la región y prometiendo una experiencia enoturística inolvidable.
Cada una de estas regiones representa un capítulo único en la narrativa vinícola de México, invitando a explorar la diversidad y la riqueza de una industria que se renueva constantemente. La visita a estas rutas del vino no solo es una aventura para el paladar sino también un viaje cultural y sensorial que enriquece el conocimiento y el aprecio por el vino mexicano.
Las bodegas, con sus puertas abiertas a visitantes, no solo permiten catar sus creaciones sino también aprender sobre el proceso de elaboración, desde la vid hasta la botella. Este contacto directo con los viticultores enriquece la experiencia, ofreciendo historias y detalles que hacen que cada sorbo sea aún más especial.
Para garantizar una experiencia completa, es recomendable reservar con anticipación. Muchas bodegas ofrecen además la posibilidad de comprar vinos directamente, permitiendo llevarse un pedazo de esta experiencia a casa. Y para aquellos que deseen prolongar su estancia, opciones de alojamiento van desde lo rústico y acogedor hasta el lujo inmersivo, algunas incluso dentro de las propias bodegas.