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Esto es lo que debes hacer si le pusiste los cuernos a tu novia
Con esta guía aprenderás que diablos hacer cuando has sido infiel.
Paso 1: ‘Careless Whisper’
Le pintaste los cuernos. Preparate para que arda el mundo y todo lo que conoces desaparezca. No, es broma. Poner los cuernos no es lo más considerado, pero a veces pasa. Un estudio estima que uno de cada cinco estadounidenses es infiel cada año, así que no estás solo (obviamente, porque para ello hacen falta dos). Pero cuando la resaca de la fiesta de la oficina se te pasa y te escondes del crush del trabajo debajo de tu mesa, ¿qué demonios puedes hacer? Lee, lee, pequeño embustero.
Y si ya has sido infiel
Antes que nada tienes una díficil tarea. Debes pensar por qué lo has hecho. A veces ser infiel es una triste excusa para salir de una relación, porque el que pone los cuernos sabe que es un motivo de peso para que te den la patada. Es como llegar tarde al trabajo a propósito porque no te gusta y quieres dejarlo, pero tienes miedo y lo arruinas para que te echen. Es de cobardes. Si has sido infiel porque eres infeliz, ármate de valor y pon fin a la relación. Lo peor que puedes hacerle a esa persona que, al menos, te importa es obligarla a pasar por un torbellino emocional y después cortar de todas formas. No es justo tener a alguien en una relación si ya no quieres nada.
Sí, quizá deberías decírselo
Puede que sea una opinión controvertida, pero creo que si besaste a otra chica cuando estabas borracho en la despedida de soltero de tu mejor amigo, debes decírselo. Sí, para mí besar a otra persona cuando estás en una relación monógama es poner los cuernos. Y aunque puede parecer que no merece la pena echarte de cabeza por ese ligue al que no vas a volver a ver, deberías ser sincero. En primer lugar, porque las mujeres se enteran de todo. En la era de lo digital, es más difícil guardar secretos de lo que Mad Men te ha hecho pensar.
No siempre es motivo de ruptura
Puede que tu pareja no esté de acuerdo, pero una infidelidad no tiene por qué ser el final. Si aún la quieres y la has engañado porque estabas pasando una mala racha, discúlpate hasta que te sangre la lengua y aprovecha la oportunidad. «¿Será el final o el empujón para que tengan esa conversación definitiva sobre sus problemas, y sobre si pueden solucionarlos?», se plantea la doctora Wise.