Un mezcal tan bueno por dentro como por fuera. Foto: Cortesía
Clase Azul Mezcal San Luis Potosí, una obra de arte tanto dentro como por fuera
¡Oigan, banda! ¿Ya cacharon lo último de Clase Azul? Se aventaron un mezcal nuevo, directito de San Luis Potosí, y la neta, está que se cae de bueno. Es de esos mezcales que no solo te pegan bonito, sino que te cuentan una historia con cada trago.
Este mezcalazo, Clase Azul Mezcal San Luis Potosí, viene bien cargado de todo lo chido de San Luis. Está hecho de agave verde (Agave salmiana), que crece allá en las alturas, dándole un sabor único que, creanme, no es cualquier cosa.
Viridiana Tinoco, la master detrás de esta maravilla, dice que este mezcal es como si San Luis Potosí te diera un abrazo en forma de trago. Y las notas que tiene, ¡uff! Desde agave hasta un toquecito de chile verde, es como probar el mismísimo paisaje potosino.
Pero esperen, que lo más chido viene ahora: la botella. Es una obra de arte que homenajea a los huachichiles, esos guerreros nómadas del desierto que se pintaban de rojo. Y el tapón, hecho por artesanos mexicanos, es un pedacito de arte que muestra un pinzón rojo volando por un cielo estrellado sobre montañas y valles.
Si quieren probar algo realmente especial, algo que les haga decir «esto sí es México», este mezcal de Clase Azul es la onda. Es perfecto para esos ratos con los cuates o para sorprender a alguien con un regalito bien pensado.
La verdad, Clase Azul se la sacó del estadio con este mezcal. No es solo por echarle flores, pero es una de esas cosas que tienes que probar al menos una vez.