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En el MIT estudian Black Mirror para evitar la maldad tencológica
Todos hemos quedado en shock o al menos en un largo silencio (abrumador) al terminar de ver alguno de los capítulos de Black Mirror. Y es que plantean muchas formas en las que la tecnología terminará haciendo nuestras vidas miserables o bien, quitándonos lo que nos queda de humanidad, es decir, la capacidad de sentir afecto y solidarizarse con el otro. La vieja historia del hombre contra las máquinas, pero esta vez ya estamos en eso, ya no es un futuro remoto, estamos ahí y eso es lo más aterrador.
Por eso la investigadora Pattie Maes que trabaja en el Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) le pidió a sus alumnos de posgrado que vean cada uno de los episodios de Black Mirror para analizar la capacidad que tienen las nuevas tecnologías de llevar al ser humano al lado oscuro o incluso a su muerte.
El argumento de Maes es que un diseñador de nuevas tecnologías tiene en sus manos a 2.5 billones de personas, por eso, cualquiera que esté trabajando en este campo debería preguntarse qué impacto tendrá en la sociedad y en la vida de cada individuo. Claro que el objetivo de Black Mirror es mostrar solamente la parte negativa de cómo la tecnología literalmente acabará con nosotros, pero cree que es un gran ejemplo de todo lo que hay que estudiar para no llegar a ese punto.
El Media Lab del MIT ha diseñado muchísimas tecnologías, desde Lego Mindstorms hasta Guitar Hero. La tecnología tiene efectos negativos, eso es un hecho, por eso Maes propone que se abran debates sobre cómo evitar estragos como la alteración del ciclo del sueño, la postura, la memoria o la creatividad de las personas. Ella quiere sensibilizar a sus alumnos porque sabe que terminarán trabajando en desarrollo tecnológico de Silicon Valley. Al menos en ese gran imperio donde sólo importan las repercusiones económicas, hay una persona que sale a la superficie con un poco de conciencia. Maes piensa que se necesitan personas que cambien el futuro para bien.