Angélica Ferrer
Estatua de Colón no volverá a Paseo de la Reforma: una efigie de mujer indígena olmeca la sustituirá
La estatua de Cristóbal Colón que estaba ubicada en Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México, será sustituida por una sobre la mujer indígena olmeca.
La decisión fue dada a conocer por la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, en conferencia de prensa.
Esto ocurrió después de que un grupo de senadoras le solicitaran colocar un monumento que visibilizara y reconociera a las mujeres indígenas del país.
«(Se colocará) a Colón, como un gran personaje internacional, e n una zona que se llama Parque de las Américas. Ahí donde está la glorieta, haremos una escultura dedicada a la mujer indígena (…). Hemos estado recibiendo muchas cartas de muchas mujeres indígenas y de pueblos originarios (al respecto)», afirmó el domingo.
Pedro Reyes será el encargado de crear la efigie de la mujer indígena olmeca.
«Con todo el apoyo del INAH, anunciamos que la glorieta de Colón, muy pronto, tendrá gran reconocimiento a los 500 años de resistencia a las mujeres indígenas de nuestro país», indicó Sheinbaum.
¿Por qué quitaron la estatua de Colón?
El 10 de octubre de 2020, el gobierno capitalino retiró la estatua de Cristóbal Colón de Paseo de la Reforma.
La efigie estaba colocada en una de las zonas neurálgicas de la Ciudad de México; es una de las glorietas más concurridas de la región centro de la capital del país.
Esto fue tan solo 2 días antes de la conmemoración del Día de la Raza.
«En los tiempos actuales hay quien piensa que no hay por qué celebrar aquel encuentro entre dos mundos que supuso la llegada al continente americano de pueblos invasores y colonizadores», de acuerdo con el diario El País.
La publicación agrega que, desde meses antes, se recolectaron firmas a través de diversas plataformas para solicitar el retiro del monumento.
Ante ello, el gobierno de la CDMX afirmó que retiraba la estatua de Colón para someterla a trabajos de restauración.
«Consideraba en declaraciones recientes que la intervención de los ciudadanos sobre las estatuas no es algo censurable, sino reflejo de una sociedad viva que reclama para su tiempo nuevas representaciones culturales y simbólicas», destaca El País.