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La caída es parte del triunfo

Por: La Neta Pechugona

La caída

Cometer errores es parte de los que nos hace ser humanos, nos ayuda a hacer pausas y centrarnos un poco en lo que realmente hacemos en este mundo. 

Es una sacudida de realidad donde el destino te grita que hagas lo que amas, te levantes y mires para adelante. 

Al principio, cada vez que cometía un error, me juzgaba duramente y me sentía como una perdedora. 



Hoy les puedo decir con una sonrisa en la cara, que de las caídas es de lo que más he aprendido. 

Y como un estandarte, decidí que cada vez que me sucediera algo que sacudiera mis circunstancias, haría algo para que éstas se hicieran como parte del cemento de mi crecimiento. 

Como leer un libro nuevo, tomar un curso en línea, un diplomado, y así empece a sentir que mis errores desembocaban en el final que yo decidía y que lejos de hacerme sentir mal, habían tenido un buen resultado. 

Hurgando entre mis textos de hace algunos años, encontré este pensamiento, que por alguna extraña razón se acomoda de cierto modo a lo que vivo ahora, y me recordó que si sales de una, sales de mil. Todo depende de ti y de cómo tomes la caída. 



Es un texto corto y certero. Me di cuenta agradablemente, que había crecido, porque si bien antes me dolió escribirlo, ahora me di cuenta que había aprendido la lección. 

Aquí el texto que escribí cuando perdí un trabajo del cual estaba enamorada por lo que representaba, pero resultó ser una basura. 

Espero les sirva, como me sirvió encontrarlo a mí:

A veces idealizamos cosas, ideas, situaciones y personas, lejos de que eso ayude, hace que nos decepcionemos, porque no todo es lo que parece.

Bien dicen por ahí que quien nada espera no sufre desengaños. 

Y parte del crecer es darte cuenta de esto. Es una lección que apenas aprendo.

No me malentiendan, no quiero sonar amargada, quiero que sepan que nuestras emociones pueden jugar a nuestro favor y hacer que algunas experiencias sean maravillosas.

También he aprendido que debemos contemplar las circunstancias para no decepcionarnos y de esta manera siempre estar a la par de la situación. 

 

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Se llama ser realistas

Hace unos meses entré a un lugar que pensé sería la mejor experiencia de mi vida. 

Un lugar nuevo, de mente fresca, ideas abiertas y libertad para explorar mi creatividad. 

Mis expectativas eran tantas y mis ganas también, que la caída fue dura, muy dura. 

Me tomó mucho asimilarlo porque la peor parte es dejar a la gente que amas en ese lugar, finalmente sabes que ahí estarán, pero nunca será lo mismo, pues los veías diario. 

A lo que voy con esto es que estamos acostumbrados a creer que tenemos que funcionar con aquello que creemos es para nosotros.  Porque ya saben: es perfecto. Es todo lo que esperábamos y deseábamos que llegara. 

Y sinceramente no es así. 

De esta situación aprendí cuatro cosas muy valiosas para mi vida: 

  1. No porque creamos que un lugar sea el ideal significa que es para nosotros.
  2. Se necesita creer en tu proyecto, pero con el creer no basta. Si no tienes buenos líderes puede que nunca funcione del todo. 
  3. Está bien equivocarse, está bien sentirse triste, está bien fracasar y está bien no hacer click con las personas. 
  4.  Definitivamente no a todo el mundo le caes chido y está bien. 

En conclusión, apenas asimilo este proceso y tengo que analizar otros tantos. 

Pero quiero decirles a todas aquellas personas que cuando sientan que las cosas no van bien, lo mejor es darse un respiro,  aceptar que en la vida también hay fracasos, aceptarlos como lo que son y continuar. 

¿Qué tal? ¿Es poderoso, no? Sinceramente yo le agregaría uno más para que la lección esté completa. 

Levántate después de la caída

  • Aprende de todo, en el momento que dejas de culpar a los demás de tus fracasos y te responsabilizas de lo que sucede, ahí es cuando creces y estás a un paso de ser quien deberías de ser. 

Así que ya saben, si sienten que cometen un error, que metieron la pata, dejen de echar culpas y piensen cuál es la mejor manera de resolverlo. 

Recuerda que los errores son cíclicos y no dejarás de repetirlos hasta que aprendas la lección. 

Así que analiza qué es lo que debes aprender y continúa. 

Finalmente, lo fregón de ser humano es eso: lo que somos, y moldearnos es parte de nuestro destino. 

Encuentra tu Ikigai y vive tu vida al máximo. 

Resbalones, un chingo, metas también. 

Destino sólo uno. 

#lanetapechugona 

 

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