Una experiencia gastronómica que no te puedes perder. Foto: Cortesía
Primitivo, la fusión del fuego, leña y humo en la cocina de Carolina Jiménez
En el mágico Valle de Guadalupe, entre viñedos y paisajes cautivadores, se esconde un rincón gastronómico como ningún otro: Primitivo. Bajo la sombra centenaria de un majestuoso encino blanco, la chef Carolina Jiménez ha creado un concepto culinario que celebra la esencia de la vida y la muerte, fusionando fuego, leña y humo para deleitar a sus comensales.
Primitivo es mucho más que un restaurante; es una experiencia que honra la tierra y sus productos en cada estación del año. La joven cocinera Carolina ha trascendido los límites culinarios al ofrecer un menú de varios tiempos, donde un solo animal es el protagonista indiscutible de principio a fin. La magia del fuego y las técnicas para domarlo dan como resultado platos sorprendentes con un toque de sabor ahumado que los hace inigualables.
Lo maravilloso de Primitivo radica en su evolución constante, adaptándose a las temporadas y a los productos locales para brindar una experiencia diferente en cada visita. La sostenibilidad es el pilar de esta cocina, y la chef trabaja únicamente con productos locales y de ranchos cercanos, apoyando a los productores y promoviendo el comercio justo.
Aquí la experiencia gastronómica es para compartir. Sus mesas reúnen a amigos, familias y parejas que disfrutan de la compañía mientras el encino blanco susurra sus secretos. Acompañando la deliciosa comida, una selección de vinos regionales, cervezas artesanales y cocteles de autor hacen que cada sobremesa sea una fiesta para los sentidos.
La historia de este restaurante se escribe día a día, al ritmo de la tierra y los productos que ofrece generosamente. La cocina abierta, donde la leña, el fuego y el hierro danzan en armonía, transforma los ingredientes en platos que alimentan el cuerpo y el alma de los visitantes. Si quieres conocer más sobre el restaurante, visita su página oficial.
