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coolture_RoadOlfoCortesía RoadOlfo recorre el mundo en su bicicleta.

RoadOlfo recorre el mundo en bicicleta… Si también quieres hacerlo, esta es su historia

Por: Armando Tovar

¿Alguna vez has soñado con recorrer el mundo en bicicleta? Para Rodolfo Salvatore, es una realidad que ni la pandemia de Covid-19 ha impedido.

Si quieres lanzarte a la aventura, conoce cómo se preparó y cuál es la historia de Salvatore.

Todo inició con un fierro y un reto

RoadOlfo, como se llama en Instagram, inició su recorrido hace más de una década, tras quedarse sin casa y sin trabajo, además de recibir la noticia de que su hermano tenía cáncer.



“Un buen día dando un paseo por la playa de San Antonio en Ibiza y tras uno de los peores momentos de mi vida, me tropecé con un trozo de metal hundido en la arena, comencé a escarbar y ahí estaba una bicicleta enorme estilo holandesa”, indica en entrevista para Coolture.

Su instinto le lleva a reparar la bicicleta y, en ese momento, consiguió empleo de lavaplatos. Con lo que ganó en un mes, viajó a Valencia en barco y, con ello, iniciar su primer recorrido en bici en el Camino de Santiago, España.

“Tenía 34 años recién cumplidos. Era 2014. Ahí aprendí tanto de la bicicleta como de aquello que quería hacer el resto de mi vida”, afirma.

Su mayor deseo es viajar, trabajar en el camino y mirar hacia nuevos horizontes. Sin embargo, la pandemia fue su primer reto.



“No llegó el momento justo hasta hace 14 meses. En plena pandemia ,cuando antes de conocer el resultado de la defunción de mi abuela ya sabía que me marcharía para no volver, como un acto de amor propio más que de huída emprendo #conelmundoatuspies para lanzar un mensaje: ‘si el camino es vivido, solo así abrazarás tu miedo’”, asegura.

La preparación

Tomar la bicicleta como el primer medio de vida y transporte no es sencillo. Para Salvatore tampoco lo fue, pero su preparación financiera ha sido primordial.

“Vendí todo lo material y el dinero que saqué lo repartí: 10% en el equipo básico, una bicicleta nueva y la tecnología para estar conectado. 70% donaciones anónimas a distintas asociaciones y el 20% para mi madre”, precisa.

Sobre su preparación física, RoadOlfo explica que le han ayudado los platillos tradicionales.

“Mido 2.03 metros, pesaba 135 kilos en punto de salida. Ahora peso 108 kilos y subiendo por la buena comida que como aquí en Toscana, donde me encuentro ahora trabajando. Físicamente estoy bien, pero no me he preparado para nada de esto porque el camino se va haciendo y la bicicleta te pone en el sitio necesario en los primeros 500 kilómetros, tanto mental, emocional como físicamente”, destaca.

RoadOlfo |Coolture
RoadOlfo se dedica a recorrer el mundo en bicicleta.

¡Arrancamos!

El viaje de Salvatore inició el 4 de agosto de 2020 en Valencia, España.

“Ascendí hacia Segovia por el antiguo camino del Cid y subí hasta Pais Vasco donde me quedé 2 semanas con amigos despidiéndome y descubriendo toda la tierra que antes había recorrido, pero en otra velocidad”, narra.

Por el momento, dada la pandemia, ha recorrido solamente España, Francia e Italia.

Pero, ¿dónde se aloja Salvatore? Hay dos opciones: en su casa de campaña o con amigas y amigos que hace durante sus travesías.

“Acampo bajo un cielo nocturno que no tiene precio y en sitios distintos cada día que me muevo (…) Voy haciendo amigos por el camino, algunos de los que se mantendrán en el recuerdo y otros que serán pelotón activo a distancia desde sus hogares o sus comunidades”, comenta.

Uno de los aspectos “negativos” que ha encontrado es el aspecto de salud.

«La mayor dificultad que hasta ahora he tenido es la de haberme caído y sin darme cuenta en ese momento, dañarme el menisco y tener bloqueadas las rodilla y pierna. Lo más bonito de esta experiencia es que la rodilla me dio la oportunidad de pararme, recapacitar y descansar”, puntualiza.

“Caminante no hay camino…”

Si bien su plan es viajar, RoadOlfo no tiene planeados sus caminos.

“El plan del viaje es el ‘no plan’, así es que no planteó ninguna ruta previamente. Solo me dejo llevar a donde me lleve el camino, la vereda, el paisaje”, asegura.

En su andar ha encontrado sitios entrañables, como una reserva natural cerca de los Alpes.

«Mi lugar favorito fue una reserva natural en la que me tope con dos jabalíes mientras dormía y una manada de lobos que andaban un poco despistados en Chambery antes de subir hacia los Alpes”, cuenta.

Su estrategia es continuar durante 40 años más viajando por cualquier rumbo. “Quiero verlo, sentirlo, vivirlo, bailarlo y disfrutarlo todo”, menciona.

Aunque la bicicleta es su “mejor amiga”, no descarta incluir en su travesía las canoas y las caravanas.

“Lo que me permita moverme cada vez más de un modo distinto para llegar a lugares diversos, y así, acariciar una geografía humana repleta de oportunidades”, finaliza.

Imágenes: Cortesía

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