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Te presentamos al creador de las tortas cubanas
El Centro Histórico de la CDMX siempre ha sido un lugar donde hay muchas opciones y posibilidades para pasar un buen día o para comer delicioso. Pero en Motolinia hay un lugar al que tendrás que entrar: La Casa del Pavo
Este lugar es auténticamente un luchador que continúa en pie sin más armas que una sazón inigualable, un trato amable y una ubicación que ha sido testigo presencial de muchos centros históricos: el de la opulencia, el decadente y ahora, el que ha reflorecido gracias a la mano remodeladora de Lord Slim.
Afuera, una placa conmemorativa da fe de que a esta lonchería el paso del tiempo le pela los dientes.
La auténtica Torta Cubana
No es casualidad que el lugar parezca sacado de un libro de historia, tal vez hasta se ve un poco decadente: este negocio tiene ya más de 100 años instalado en la calle de Motolinia. Por supuesto, un lugar centenario no podía faltarle alguna anécdota que lo hiciera legendario, ya casi elevada al rango de leyenda urbana: se cuenta que en esta pequeña lonchería fue donde nació la auténtica torta cubana.
Los propietarios de La casa del Pavo cuentan que en los 50, un hombre alto y corpulento, de marcado acento cubano y con un uniforme que lo hacía resaltar entre la gente, era cliente frecuente del lugar.
El ritual que este extranjero protagonizaba era este: se acercaba al tortero y mientras su plato era preparado, hacía un gesto reprobatorio. Por supuesto a nadie le gusta que le digan que hacer en su trabajo, por lo que el cocinero no pudo más y le preguntó al extranjero la causa de sus gestos.
La respuesta del hombre fue que él era capaz de preparar una torta superior a la que le ofrecían. Ni tardo ni perezoso, el tortero le dio carta abierta para que hiciera su propia creación. El extranjero tomando varios ingredientes en la cocina y preparó una torta que, en efecto estaba increíble.
Tanto éxito tuvo que se quedó de manera permanente entre las opciones de la carta. ¿Quién era el misterioso extranjero? Nada menos que Fidel Castro.
Por supuesto al saber una historia así no podíamos quedarnos sin degustar este elegante platillo, creado por el mismísimo comandante. Tirano y dictador para algunos, héroe y justiciero de la revolución para otros, si la leyenda es cierta, todos por igual le debemos algo: la creación de una torta que sabe tan bien que dan ganas traer tupper para llevar. Y es que aunque no es tan grande como la de otras torterías, esta torta de jamón, pechuga de pavo y queso fundido es una de las cosas que tienes que probar cuando visites este lugar.