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Si tus amigos supieran que escuchaste estas canciones sería tu fin
Hay canciones que te gustaban hace unos años y si te atreves a corearlas actualmente alguien terminaría diciéndote ‘chundo’ o ‘chaquita’.
Madurar significa reconocer los errores para no volverlos a cometer, significa ver las playlists de antaño y admitir que había un gusto primitivo que hoy causa risa. Mírate ahora, un tipo que quiere aparentar ser hipster; uno que estaba cada viernes en el extinto club Rhodesia y se colaba entre mirreyes y lobukis que bailaban sin saber de quién o qué era la canción. Lo gracioso es que hace unos años escuchabas temas totalmente opuestos a lo que hoy eres. ¿Te acuerdas?
Lo gracioso es que hoy ya eres un tipo cool que washahuashea a bandas inglesas y baila al ritmo de Major Lazer. Te pregunto, ¿qué es lo que sigue? ¿Ms Nina y La Favi? Espera un segundo… Eso justo lo que escuchas en tus noches de Perreo Millennial.
Que quede claro que la burla no es hacia los artistas sino a nosotros mismos que alguna vez cometimos el error de idolatrarlos.
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«Chúntaro style»
El Gran Silencio
Aquellos lejanos años en los que preparabas tu mona de guayaba y andabas en las calles bailando el «Chúntaro style». Tú sí que sabías bailar junto a tu barrio fino. Lo único que te puedo decir es: respect.
«La dosis perfecta»
Panteón Rococó
Ya comenté que era el tema por excelencia de las tardeadas donde los quinceañeros se emborrachaban en dos horas. Después se subían a la barre del lugar y se quitaban la ropa por una cubeta de chelas. Admitir que te gusta es mostrar tu pasado oscuro.
«Cenit»
La castañeda
Los del barrio dedicaban esta joya cuando querían verse finos. «Cenit» es poesía hecha canción, es como besar a un ángel que tiene tatuada una lagrimita en el ojo. ¿Cuántas relaciones nacieron de esta canción?
«El microbito»
Fobia
Ya cuando querías verte como un chavo bien ponías el magnífico tema de «El microbito». Esta canción incluso la odian sus propios autores quienes están hartos de tocarla. En un Vive Latino reciente, Leonardo de Lozanne —vocalists del grupo— se molestó cuando el público pedía una y otra vez el infantil tema. Para el final de su presentación el mismo Leonardo dijo: «chingando con el microbito» e hizo todo excepto cantarla.
«Amargo adiós»
Inspector
Interminables noches de lágrimas tras leer una carta de despedida con la peor ortografía del mundo. El final del texto decía: «Roberto, me tengo que ir, pero nunca olvides que T.Q.M.» Con la estocada al corazón sonaba el «Amargo adiós» de Inspector.
«Yo romperé tus fotos»
La mosca
Llevando al extremo el dolor y la superación personal llega este clásico tema. No lo voy a criticar, sólo te invito a que lo escuches.
¿Verdad que amaste estas canciones y que las cantaste hace unos años? Te reto a que las cantes hoy enfrente de tus amigos. ¿Te atreves?